sábado, 22 de enero de 2011

Torcuato


Torcuato Fernández Miranda

Se cumplen treinta años del fallecimiento del profesor Torcuato Fernández Miranda en medio de una indiferencia general. Ni la Corona, ni el Gobierno, ni las Cortes Generales, ni el mundo universitario, ni los medios de comunicación ni ninguna voz de la soceidad española ha alzado su voz para recordar a una de las figuras más importantes de la historia de España cuya contribución fue decisiva para lograr que nuestro país sea el país fuerte, estable, respetable y respetado, próspero que es hoy.

España ha sido y es ingrata para con Torcuato Fernández Miranda. El único reconocimiento que le ha tributado nuestro país ha procedido de la Corona, cuando el 30 de junio de 1977 tras su dimisión como presidente de las Cortes y del Consejo del Reino don Juan Carlos lo nombró duque de Fernández Miranda y le concedió el toisón de oro. A partir de ahi inició una larga e intensa decadencia personal que le llevó a morir olvidado y arrinconado en Londres tres años después.

Durante estos treinta años los únicos que han alzado su voz para reivindicar su figura han sido sus hijos Pilar y Alfonso Fernández Miranda, actual duque de Fernández Miranda, en la obra Lo que el Rey me ha pedido. Junto con el libro del autor llamado Estado y Constitución datado precisamente de 1975 son los únicos testimonios que hay escritos sobre él. Además de la defensa del valor de la figura de su padre sus hijos dejan claro que la reitrada de Fernández Miranda se debió a que él creía que había cumplido con su papel y a sus diferencias políticas y de proyecto con Adolfo Suarez. Analizados con objetividad los hechos podríamos decir que la versión de una retirada idílica dista de ser cierta y que no obedece más que al orgullo familiar y al pudor que tienen sus hijos para evitar reconocer la pura verdad objetiva de aquél que se acerca al análisis de los hechos acontecidos en una época en la que ni siquiera nació: Torcuato Fernández Miranda murió solo, olvidado y arrinconado.

Pero de la lectura de lo que El Rey me ha pedido se deduce un hecho interesantísimo y clave: Torcuato Fernández Miranda tenía anotaciones sobre su visión de los hechos que conformaban la realidad de su época. Dichas notas podrían configurar una especie de dietario o agenda personal que jamás ha visto la luz y que sería esencial para hacer definitivamente justicia sobre la figura de don Torcuato Fernández Miranda. Pero jamás se han publicado. Suponemos que por claro deseo de sus descendientes, que sin embargo las utilizan de forma parcial y sesgada para explicar solo aquello que les interesa.

El período final de la vida de Fernández Miranda constituye una laguna lo suficientemente importante como para ser aclarada, máxime cuando ya han pasado treinta años de su muerte. También deben ser aclaradas otras lagunas para las cuáles seguro que hay explicación por parte del propio Torcuato en sus notas: cómo le debió influir la revolución asturiana de 1934 para decantarse por el bando nacional en 1936, sus impresiones sobre la guerra, por qué tras el fin de la contienda decide pasarse al mundo universitario cuando había hecho carrera en el ejército, como silenciosa y discretamente desarrolla unas posiciones políticas avanzadas en el Oviedo triste y gris de la posguerra, su papel como rector de la universidad de Oviedo durante los incidentes estudiantiles de 1956, su visión democrática y avanzada de la institución monárquica y su influencia sobre el Rey durante su proceso educativo...

Han pasado ya treinta años: un periódo lo sufientemente largo como para tributar al duque de Fernández Miranda el reconocimiento imparcial y defintivo que merece su figura.

2 comentarios:

  1. Cómo "chico de la Transición" que fui (19...20 años de edad), os comento que me ha llevado a esta página un programa del Canal 24 horas de T.V.E. que hasta hace pocos minutos se ha estado emitiendo hoy 24/11/2013 entre las 23:00 y las 0:00. Según lo que he escuchado, este hombre jugó un papel tan importante (o quizás más) que Adolfo Suárez o el mismo Juan Carlos I. Mi criterio de búsqueda en Google a sido "reconocimiento a Torcuato Fernández Miranda". Es digno que se hagan comentarios de él, precisamente por su dignidad de mantener su imagen al margen. Perdón por el anonimato.

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  2. Por si al autor le sirviera la corrección, decir que no los dos autores del libro en cuestión son hijos de don Torcuato, sino que Alfonso es sobrino, mientras que Pilar sí es hija. Asimismo, Alfonso no es quien ostenta el título de Duque de Fernández-Miranda, sino Enrique Fernández-Miranda Lozana.

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