El escritor y periodista catalán Agustí Calvet, más popularmente conocido como Gaziel, nació en la localidad gerundense de Sant Feliu de Guíxols en 1887. Hijo de una familia burguesa enseguida se trasladó a Barcelona donde realizó sus estudios en la escuela que los jesuitas tienen en la calle de Casp.
Tras abandonar sus estudios de derecho se licenció en Filosofía y Letras realizando su tesis doctoral sobre Fray Anselmo Turneda: heterodoxo español. Gaziel ya apuntaba su tendencia precisamente a la heterodoxia y al librepensamiento, a no casarse incondicionalmente con nadie: una tendencia que siempre ha sido en España un pecado y de los más gordos...
En 1914 se fue a París para ampliar sus conocimientos y allí le pilló la I Guerra Mundial. Supo hacer de la necesidad virtud y envió sus crónicas sobre el conflicto al diario con el que habitualmente colaboraba: La Veu de Catalunya. Pero este diario de la Lliga Catalana resultó ser muy estrechito de miras y a su equipo director no les gustó por lo que Gaziel firmó un contrato con el director del cosmopolita y catalanista diario La Vanguardia don Miquel dels Sants Oliver. Durante todo el conflicto Gaziel envió sus crónicas a La Vanguardia. Unas crónicas de una veracidad y una claridad extraordinarias que catapultaron su prestigio y popularidad siendo publicadas en unos volúmenes que hoy día son raros de encontrar: Diario de un estudiante en París, narraciones de tierras heroicas, de París a Monastir y en las líneas de fuego.
Tras recorrer la ceca, la meca y la vall d'Andorra Gaziel regresa a Barcelona en 1919 como el periodista más leido de España y América Latina. Tras la inesperada muerte de Miquel dels Sants Oliver se convierte en director de la Vanguardia en 1920 viviendo un período apasionante y convulso al frente del rotativo barcelonés. Tuvo que enfrentarse a la dictadura de Primo de Rivera, asistir al nacimiento de la II República en 1931 pero su periódico adquirió el prestigio del que hoy disfruta en España y él en el mejor analista político de España.
Tras el estallido de la Guerra Civil tuvo que exiliarse porque estaba perseguido por las milicias anarquistas que en 1936 asolaron Barcelona sumiéndola en el caos. Se marchó a Bruselas y pese a que teóricamente no tomó partido por ninguno de los dos bandos circulan episodios no suficientemente aclarados, en virtud de los cuáles habría firmado un manifiesto de apoyo a Franco promovido por Francesc Cambó así como habría sido agregado cultural de la oficina franquista en Bélgica.
A Gaziel también le cogió la invasión alemana en Bélgica y en 1940 volvió a Barcelona con la pretensión de ponerse al frente nuevamente de la Vanguardia. Pese a que superó la depuración sin problemas, la hostilidad del conde de Godó unida al rechazo de los franquistas hacia su persona por haber dirigido el rotativo durante la República lo dejaron en la cuneta. Con más de cincuenta años se quedó sin poder ejercer la profesión de su vida, el franquismo con su férrea censura había matado la prensa: los periódicos no eran más que pura sucesión de comunicados oficiales, y se fue a Madrid dónde abrió la Editorial Plus Ultra. Fue a finales de los años cuarenta cuando elabora su obra más importante, Meditaciones en el desierto, que no ve la luz entonces porque el libro era tan subversivo que las autoridades franquistas no lo hubieran podido soportar...
A principios de los cincuenta viaja por España y de esta experiencia viajera resultan tres libros interesantes en los que expone su visión de nuestro país: Portugal lejano, Castilla adentro y la Península inacabada. Luego también viajaría por Suiza e Italia realizando dos obras importantes en su trayectoria que exponen el modelo ideal, el paradigma que él desearía como España fijando Suiza como dicho modelo interesante para España: Suissa: Seny, treball i llibertat y Florència: l'home es el tot. Su brillante trayectoria culminó en 1964 con la publicación de Historia de la Vanguardia (1881 - 1936) una obra que puede interpretarse como su personal ajuste de cuentas con el conde de Godó tras los sucesos de 1940.
Tras abandonar sus estudios de derecho se licenció en Filosofía y Letras realizando su tesis doctoral sobre Fray Anselmo Turneda: heterodoxo español. Gaziel ya apuntaba su tendencia precisamente a la heterodoxia y al librepensamiento, a no casarse incondicionalmente con nadie: una tendencia que siempre ha sido en España un pecado y de los más gordos...
En 1914 se fue a París para ampliar sus conocimientos y allí le pilló la I Guerra Mundial. Supo hacer de la necesidad virtud y envió sus crónicas sobre el conflicto al diario con el que habitualmente colaboraba: La Veu de Catalunya. Pero este diario de la Lliga Catalana resultó ser muy estrechito de miras y a su equipo director no les gustó por lo que Gaziel firmó un contrato con el director del cosmopolita y catalanista diario La Vanguardia don Miquel dels Sants Oliver. Durante todo el conflicto Gaziel envió sus crónicas a La Vanguardia. Unas crónicas de una veracidad y una claridad extraordinarias que catapultaron su prestigio y popularidad siendo publicadas en unos volúmenes que hoy día son raros de encontrar: Diario de un estudiante en París, narraciones de tierras heroicas, de París a Monastir y en las líneas de fuego.
Tras recorrer la ceca, la meca y la vall d'Andorra Gaziel regresa a Barcelona en 1919 como el periodista más leido de España y América Latina. Tras la inesperada muerte de Miquel dels Sants Oliver se convierte en director de la Vanguardia en 1920 viviendo un período apasionante y convulso al frente del rotativo barcelonés. Tuvo que enfrentarse a la dictadura de Primo de Rivera, asistir al nacimiento de la II República en 1931 pero su periódico adquirió el prestigio del que hoy disfruta en España y él en el mejor analista político de España.
Tras el estallido de la Guerra Civil tuvo que exiliarse porque estaba perseguido por las milicias anarquistas que en 1936 asolaron Barcelona sumiéndola en el caos. Se marchó a Bruselas y pese a que teóricamente no tomó partido por ninguno de los dos bandos circulan episodios no suficientemente aclarados, en virtud de los cuáles habría firmado un manifiesto de apoyo a Franco promovido por Francesc Cambó así como habría sido agregado cultural de la oficina franquista en Bélgica.
A Gaziel también le cogió la invasión alemana en Bélgica y en 1940 volvió a Barcelona con la pretensión de ponerse al frente nuevamente de la Vanguardia. Pese a que superó la depuración sin problemas, la hostilidad del conde de Godó unida al rechazo de los franquistas hacia su persona por haber dirigido el rotativo durante la República lo dejaron en la cuneta. Con más de cincuenta años se quedó sin poder ejercer la profesión de su vida, el franquismo con su férrea censura había matado la prensa: los periódicos no eran más que pura sucesión de comunicados oficiales, y se fue a Madrid dónde abrió la Editorial Plus Ultra. Fue a finales de los años cuarenta cuando elabora su obra más importante, Meditaciones en el desierto, que no ve la luz entonces porque el libro era tan subversivo que las autoridades franquistas no lo hubieran podido soportar...
A principios de los cincuenta viaja por España y de esta experiencia viajera resultan tres libros interesantes en los que expone su visión de nuestro país: Portugal lejano, Castilla adentro y la Península inacabada. Luego también viajaría por Suiza e Italia realizando dos obras importantes en su trayectoria que exponen el modelo ideal, el paradigma que él desearía como España fijando Suiza como dicho modelo interesante para España: Suissa: Seny, treball i llibertat y Florència: l'home es el tot. Su brillante trayectoria culminó en 1964 con la publicación de Historia de la Vanguardia (1881 - 1936) una obra que puede interpretarse como su personal ajuste de cuentas con el conde de Godó tras los sucesos de 1940.
No hay comentarios:
Publicar un comentario