Francisco Álvarez Cascos ha abandonado el PP. Pocos días antes desde Génova 13 se había anunciado que el ex ministro no encabezaría la candidatura popular por Asturias de cara a las próximas elecciones autonómicas y que por tanto la candidata sería la concejal ovetense Isabel Pérez Espinosa. De este modo se ponía punto y final a un rocambolesco culebrón que hacía meses que se alargaba sin fin y sumía a los populares asturianos en un auténtico desprestigio, alejándolos de la victoria.
La reacción de Cascos ha sido poner punto y final a treinta años de militancia en el PP. Sin duda alguna puede afirmarse que era uno de los históricos de esta formación, pues como Aznar acompañaba a Fraga desde los tiempos de Alianza Popular. Quizás por ello se ganó la fama de duro como uno de los integrantes del sector más conservador situado claramente a la derecha del partido. Cascos se fogueó como diputado regional de la antigua AP en la oposición y también como concejal en Gijón. No fue hasta 1989 cuando dio el gran salto a la política estatal de la mano de Aznar con la refundación del PP. Tras la victoria popular en 1996 Aznar le nombró vicepresidente del Gobierno, para posteriormente degradarlo a la condición de ministro de Fomento entre 2000 y 2004. Su perfil machista y estilo bravucón era contrariio a la operación cosmética centrista que llevó Aznar a la mayoría absoluta en 2000.
Oliéndose quizás la tostada de la derrota de Mariano Rajoy anunció antes de las Elecciones Generales de 2000 su abandono de la vida política. Estuvo desaparecido del escenario durante toda la legislatura pasada y sorpresivamente no volvió a aparecer hasta después de la segunda derrota de Rajoy en las Generales de 2008 para apoyar decididamente a Esperanza Aguirre en su frustrado pulso con Rajoy. A partir de ahi ya se empezó a hablar abiertamente de la posibilidad de que encabezara la lista del PP en Asturias, hecho que contó con la abierta oposicion tanto del PP asturiano como de la dirección nacional. A partir de ahi se abrió un rocambolesco culebrón que ha finalizado hace pocos días con el descrate definitivo de Cascos y la designacion de una nueva candidata.
La marcha de Álvarez Cascos teóricamente no tiene que afectar a un PP que según los pronòsticos tiene claras posibilidades de ganar en Asturias por vez primera en doce años, desde 1998 cuando precisamente una crisis desencadenada por el propio Cascos produjo la defenestración del entonces presidente del principado, una escisión en el seno del PP y el fin del primer y hasta ahora único gobierno popular en Asturias. Desde entonces ha gobernado el socialista Vicente Álvarez Areces y pese a la mala gestión del bipartito izquierdista de PSOE e IU los populares con Ovidio Sánchez al frente han sido incapaces de recuperar el gobierno asturiano. Ahora Isabel Pérez Espinosa tiene la posibilidad de ganar, pero se quedaría a tres escaños de la mayoría absoluta y por tanto es muy probable una nueva reedición del bipartito izquierdista en Asturias ahora con el socialista Javier Fernández al frente.
La verdad es que al PP las nuevas apuestas no le han salido mal como hemos visto con los casos de Alberto Núñez Feijoo, Antonio Basagoiti o Alicia Sánchez Camacho. Por tanto la apuesta de Isabel Pérez Espinosa no tiene porqué romper la tendencia, e incluso como aún queda tiempo hasta las elecciones tampoco debe descartarse que los populares logren recuperar el gobierno asturiano. Pero pese a abandonar el PP Cascos no deja la vida pública y ya ha apuntado su disposición a encabezar una nueva formación política en Asturias de carácter regionalista. Apriorísticamente reprasando el historial de Cascos podría resultar muy dificil verlo defendiendo posiciones regionalistas y por ende formando parte de la gran familia regionalista que hay en España, pero semaos generosos y otorguémosle el beneficio de la duda a ver si el regionalismo le modera y le dulcifica. Asturias está muy mal, según el célebre analista Enric Juliana es una de las zonas más deprimidas de España, con la minería y otros tradicionales sectores económicos en crisis desde hace muchos años, el clima de depresión y la falta de oportunidades es patente. Condedámosle a Cascos el beneficio de la duda y los asturianos decidirán en las elecciones, porque el Principado tiene conciencia de ser, tiene contenido pero ha perdido treinta años, treinta años después todo está aun por hacer y por construir. Asturias necesita una opción regionalista que construya y moldee y si Francisco Álvarez Cascos representa dicha opción bienvenido sea y tiene la mano tendida por parte de los nacionalistas y regionalistas del resto de España para seguir construyendo la España plurinacional y plurilingue en la que creemos. ¿Se atreverá Cascos a hablar en bable? Debería hacerlo si de verdad es sincero.
La marcha de Álvarez Cascos teóricamente no tiene que afectar a un PP que según los pronòsticos tiene claras posibilidades de ganar en Asturias por vez primera en doce años, desde 1998 cuando precisamente una crisis desencadenada por el propio Cascos produjo la defenestración del entonces presidente del principado, una escisión en el seno del PP y el fin del primer y hasta ahora único gobierno popular en Asturias. Desde entonces ha gobernado el socialista Vicente Álvarez Areces y pese a la mala gestión del bipartito izquierdista de PSOE e IU los populares con Ovidio Sánchez al frente han sido incapaces de recuperar el gobierno asturiano. Ahora Isabel Pérez Espinosa tiene la posibilidad de ganar, pero se quedaría a tres escaños de la mayoría absoluta y por tanto es muy probable una nueva reedición del bipartito izquierdista en Asturias ahora con el socialista Javier Fernández al frente.
La verdad es que al PP las nuevas apuestas no le han salido mal como hemos visto con los casos de Alberto Núñez Feijoo, Antonio Basagoiti o Alicia Sánchez Camacho. Por tanto la apuesta de Isabel Pérez Espinosa no tiene porqué romper la tendencia, e incluso como aún queda tiempo hasta las elecciones tampoco debe descartarse que los populares logren recuperar el gobierno asturiano. Pero pese a abandonar el PP Cascos no deja la vida pública y ya ha apuntado su disposición a encabezar una nueva formación política en Asturias de carácter regionalista. Apriorísticamente reprasando el historial de Cascos podría resultar muy dificil verlo defendiendo posiciones regionalistas y por ende formando parte de la gran familia regionalista que hay en España, pero semaos generosos y otorguémosle el beneficio de la duda a ver si el regionalismo le modera y le dulcifica. Asturias está muy mal, según el célebre analista Enric Juliana es una de las zonas más deprimidas de España, con la minería y otros tradicionales sectores económicos en crisis desde hace muchos años, el clima de depresión y la falta de oportunidades es patente. Condedámosle a Cascos el beneficio de la duda y los asturianos decidirán en las elecciones, porque el Principado tiene conciencia de ser, tiene contenido pero ha perdido treinta años, treinta años después todo está aun por hacer y por construir. Asturias necesita una opción regionalista que construya y moldee y si Francisco Álvarez Cascos representa dicha opción bienvenido sea y tiene la mano tendida por parte de los nacionalistas y regionalistas del resto de España para seguir construyendo la España plurinacional y plurilingue en la que creemos. ¿Se atreverá Cascos a hablar en bable? Debería hacerlo si de verdad es sincero.
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