El pasado 1 de julio saltó la sorpresa. Tras haber ganado las elecciones celebradas el día anterior la policía registraba la sede de la Sociedad General de Autores (SGAE) y arrestaba a su presidente Eduardo Bautista más conocido como Teddy. Bautista, antiguo integrante del conocido grupo musical los canarios, está acusado de un delito de apropiación indebida por haber desviado el dinero que percibía la SGAE en concepto de derechos de autores hacia fines de naturaleza privada en colaboración con el videpresidente de la entidad Eduardo Neri.
La SGAE es una entidad que nació a inicios del siglo XX con el propósito de gestionar el cobro de derechos de autor en un primer momento de compositores de zarzuelas y coplas para extenderse posteriormente a autores de obras escritas. En unos tiempos dificiles en los que los autores vivían en la mas pura de las bohemias miserables el hecho de percibir vitaliciamente una cantidad fija por la venta de sus obras no solo dignificaba su existencia sino que también era un acto de justicia que premiaba su esfuerzo. Sin embargo la llegada de Bautista en 1995 a la dirección de la SGAE pervirtió notablemente la naturaleza de esta entidad que pasó a convertirse en un agresivo y estridente sindicato de defensa de los intereses de los artistas que de artistas pasaron a convertirse en titiriteros habida cuenta del odio que adquirió esta entidad entre los ciudadanos. La estrecha complicidad entre los titiriteros y el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, anteriormente habían destacado por su apoyo a IU, se tradujo en medidas favorables a este colectivo pero muy perjudiciales para la ciudadanía como la introducción de un impuesto especial en forma de cánon (cánon digital) para la compra de aparatos de reproducción digital en compensación por los efectos de la piratería. Este hecho trasladó a la ciudadanía la impresión de que estaba siendo vampirizada por una pandilla de golfos, los titiriteros, quienes suplían su mala profesionalidad como actores viviendo de suculentas y generosas contrapartidas a cambio de su apoyo al poder establecido. E incluso se llegó a sustituir a un buen ministro de cultura como César Antonio Molina por la mala cineasta Ángeles González Sinde.
Pero la codicia de la SGAE alcanzó su límite cuando se conoció que recaptan un cánon por el uso de la televisión en los hospitales publicos, que visitan comercios para exigir a sus propietarios un cánon por encender la radio o que incluso han llegado a extorsionar a municipios como Almagro o Fuenteovejuna para cobrar una cantidad por las concoidas representaciones teatrales que se escenifican en ellos. Todas ellas actividades que traspasan claramente el límite de la finalidad que debería tener una entidad como la SGAE y que se ha acabado por convertir en una amenaza para los ciudadanos. Pero al final la verdad ha acabado por triunfar: el pastel se ha destapado, el cánon digital ha sido suprimido, Eduardo Bautista ha tenido que abandonar su cargo y ahora los españoles ya podremos domir tranquilos porque la SGAE ya no volverá a robarnos.
Pero la codicia de la SGAE alcanzó su límite cuando se conoció que recaptan un cánon por el uso de la televisión en los hospitales publicos, que visitan comercios para exigir a sus propietarios un cánon por encender la radio o que incluso han llegado a extorsionar a municipios como Almagro o Fuenteovejuna para cobrar una cantidad por las concoidas representaciones teatrales que se escenifican en ellos. Todas ellas actividades que traspasan claramente el límite de la finalidad que debería tener una entidad como la SGAE y que se ha acabado por convertir en una amenaza para los ciudadanos. Pero al final la verdad ha acabado por triunfar: el pastel se ha destapado, el cánon digital ha sido suprimido, Eduardo Bautista ha tenido que abandonar su cargo y ahora los españoles ya podremos domir tranquilos porque la SGAE ya no volverá a robarnos.
Una pequeña errata de nombre y cargo: No es Eduardo Neri, sino Rodriguez Neri, y no fué en ningun momento vice- de la entidad sino de su filial SDAE, pues el Vicepresidente de la SGAE desafortunadamente siempre fué " Teddy" y el presidente de SDAE lo erra el mismo Teddy Bautista, así cómo de todas las filiales incluida la fundación Autor. Por otro lado, aún no podemos disfrutar de la supresión del canón, hoy es el día de decidir si quien nos gobierne tendrá la voluntad de cumplir con dicha promesa electoral. Buen artículo por otra parte :-) Un saludo.
ResponderEliminarfe de errata; era en lugar de "erra" :-)
ResponderEliminarGracias por leer la entrada e interesarse por el blog. Gracias por la corrección de los errores pues yo pensé que el Congreso lo había votado y el Gobierno ya lo había suprimido el cánon. Espero que el nuevo gobierno lo haga. Un saludo
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