El TC legaliza Bildu y ahonda su desprestigio

Tras la decisión del Tribunal Supremo de ilegalizar Sortu por su vinculación con Batasuna y su subordinación a la estrategia de ETA se anunció la constitución de la coalición Bildu integrada por EA, Alternatiba e independientes vinculados a la denominada izquierda abertzale para presentarse a las elecciones municipales y forales en Euskadi y municipales y autonómicas en Navarra. Tras investigar a fondo las listas electorales el Gobierno halló indicios relativos a una presunta vinculación con ETA de la coalición e impugnó sus listas ante el Tribunal Supremo que decidió en un ajustado fallo por nueve votos a favor y siete en contra ilegalizar las listas de Bildu por considerar probada su relación de subordinación con el complejo ETA/Batasuna. Se repetía de manera milimétrica la misma situación que la acontecida con Sortu, pues lejos de generar un fallo unánime existía una minoría significativa de magistrados que estimaban que Sortu y Bildu eran legales y por tanto podían concrurrir a las elecciones porque consideraban que no estaban vinculadas con ETA. Es un criterio bastante discutible habida cuenta de las evidencias pero legítimo pues existía una mayoría de magistrados que no lo veían de la misma manera que ellos y en los tribuinales también se impone el criterio de la mayoría de los magistrados.

Tras el fallo del TS los dirigentes de Bildu decidieron recurrir la sentencia que les impedía concurrir a las elecciones mediante la interposición de un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional: el máximo garante e intérprete de un ordenamiento constitucional que quieren destruir. Los dirigentes de Bildu fundamentaron su recurso en base a que la decisión del TS vulneraba su derecho de participación política reconocido en el artículo 23 de la Constitución. Y a partir de la sentencia del TS se desató una incomprensible ola de solidaridad con Bildu que pretendía coaccionar al TC para que permitiera a Bildu presentarse a las elecciones. Se posicionaron a favor de Bildu los dirigentes del PSE empezando por el mismo Patxi López que con su incomprensible posicionamiento pusieron en peligro el pacto de gobernabilidad con el PP. ¿Si los socialistas vascos creen que Bildu debe estar en las instituciones por qué no intentan pactar con ellos? ¿Acaso es tan ingenuo Patxi López para creer que si Bildu forma parte del próximo parlamento vasco le daría sus votos para poder seguir siendo lehendakari? La respuesta es no. Luego también hubo un incomprensible posicionamiento a favor de Bildu por parte del PSC, de personalidades de CIU como el mísmisimo Miquel Roca y Josep Antoni Duran y Lleida y ya no hablamos del PNV y de ERC... En fin se desató una auténtica ola de indignidad vergonzosa y francamente incomprensible pues el hecho de ser catalanista o vasquista no es incompatible con la firmeza contra aquellas opciones sometidas a la estrategia de una organización terrorista.¿Es que nos hemos vuelto todos locos?

En el TC debía tomar la decisión sobre el recurso de amparo la sala formada por seis magistrados, pero al haber empate en la misma la cuestión fue elevada al pleno que resolvió por siete votos favorables y cinco en contra estimar favorablemente el recurso y permitir a Bildu concurrir a las elecciones por considerar que el TS había vulnerado el derecho fundamental de la coalición a concurrir a las elecciones ya que no existían indicios suficientes que probaran la relación de Bildu con ETA. La mayoría en el TC había sido la inversa que en el TS y es legítima, pero nada razonable pues la presencia de personas vinculadas a Batasuna en las listas de Bildu y los documentos internos de ETA abogando por el denominado polo soberanista plasmado en Bildu eran a ojos del sentido común argumentos más que suficientes para estimar su imposibilidad de presentarse a las elecciones. De nuevo el TC quedaba situado en el ojo del huracán, en el centro de una nueva polémica que agranda su desprestigio hasta el punto de ser una de las instituciones democrátcias españolas más desprestigiadas que arrastra el bochorno del esperpento que supuso la sentencia sobre el Estatut de Catalunya y ahora de manera más reciente el intento de dimisión frustrada de tres magistrados para forzar su renovación.

Pues bien las elecciones han tenido lugar y Bildu ha otenido unos buenos resultados llevándose por delante a las almas cándidas que apostaron ingenuamente por su legalización. En San Sebastián han logrado la victoria y han puesto fin a la carrera política del socialista Odón Elorza. Asimismo también se han hecho con el control de la diputación foral de Guipúzcoa y como se esperaba ya han vuelto a las andadas: impiden el acceso de los escoltas a las dependencias municipales. Visto el monstruo el PSE se ha negado a pactar con Bildu y ya se preparan medidas. Sinceramente para este viaje no hacían falta alforjas.